Nacimiento: es una visión y una ambición. Crecimiento: el talento sin esfuerzo no tiene mucho recorrido. Evolución: las nuevas necesidades para una empresa asentada y madura. Renacimiento: toca reinventarse habilitando una transformación generacional.
En las empresas las personas cambian, el ADN se mantiene y hace surgir un nuevo impulso empresarial, un nuevo liderazgo, un liderazgo empresarial familiar colectivo. En este momento la empresa puede entrar en una fase crítica.
Muchas empresas, basadas en el liderazgo de un fundador, siguen la evolución personal de éste, tras la plena madurez y el éxito, llega la decadencia de esquemas anticuados.
La visión externa, profesional, independiente, desapasionada, es siempre conveniente, y casi siempre imprescindible, para posibilitar y ordenar esa transformación. Este es el ADN que aporta Adernova.